Danzas con Yara – La transición de la danza Oriental
11/08/2023” Como se mueve el alma se mueve el cuerpo, cada movimiento en la danza ha venido de una contemplación natural que nace de un sonido que está en resonancia con una emoción, esa emoción está ligada a un elemento y ese elemento es canalizado por el músico a través de su instrumento en un diálogo con el cosmos.”
Con la llegada del imperio Romano las sacerdotisas fueron expulsadas de los templos y sustituidas por el sacerdocio romano. Egipto acogió a las sacerdotisas en sus casas y es así como se salvaguardó pequeñas partes de la herencia artística del pueblo egipcio que extrae su vida de su pasado pero que divide en dos tiempos su conformación artística, el Egipto ancestral y el Egipto como nación.
Aquí nacen dos cualidades importantes del aprendizaje de la danza:
1) El conocimiento: aquello que vino del estudio y de las experiencias desarrolladas a través de la teoría y posteriormente a la práctica.
2) La información: aquello que vino de la práctica en forma de esencia transmitida de manera oral de generación en generación, información concebida y/o canalizada.
Muchas de las siluetas de la danza Oriental vienen de una imitación a la naturaleza, movimientos que realizan simbología sagrada, expresiones que vienen desde los elementos de nuestra tecnología interna.
La danza oriental contiene aportes multiculturales extranjeros que se adoptaron como suyos gracias a su música que a través del tiempo fueron nutriéndola y llevándola a ser la expresión más elegante y sofisticada del Baladi (alma mater de la danza Oriental), y a la vanguardia de los tiempos dorados .
Especial agradecimiento a mi querido gran maestro de maestros Ostaz Hassan Saber, a mi querido Dr. Prof. Hassan Khalil , y Odin por aportarme de su sabiduría mucha inspiración para el compartir de esta columna.
Nota: querido lector La Danza Oriental llevara más de una columna especial dedicada a su inigualable belleza, por el momento te dejo una de sus más icónicas canciones Enta Omri (Eres mi vida) en la versión instrumental del gran Hossam Ramzy.
