Ambiente

El ambiente en la terraza al lado de la pileta no tiene mucho que envidiar a postales europeas, se pasa bastante bien en un ambiente pintoresco que atrae a personas de distintos niveles a disfrutar de un almuerzo económico y cervezas de todos los tamaños.

Atención

La atención es particular, las personas que atienden tienen su carácter, como debe ser en esta zona que alberga a vendedores ambulantes, lanzas, personas pidiendo limosnas en los locales, comensales y turistas que pasan por el lugar. No puedo decir que sea mala la atención, llega a ser interesante, toda una experiencia.

Baños

Los baños dejan mucho que desear, no son insalubles, tampoco inutilizables, pero cada vez que voy trato de no utilizarlos.

Es un baño de picada, no está mal, incluso he visto peores. Si lo necesitas puedes pasar.

Comida – Bebestibles

El punto fuerte del local. Sirven un plato de Shawarma al plato que incluye arroz con azafrán, delicioso. Acompañado de papas fritas (no esperaría menos) y ensalada árabe con una salsa sublime.

Hay buena variedad de platos y sándwiches para elegir, hasta ahora todos los platos han estado deliciosos sin ser presuntuosos.

Precio – Calidad

Excelente relación precio – Calidad.

Puntuación general

Es una picada, el ambiente es bueno, incluso pintoresco. Se puede ver una variedad de personas transitar por ahí, desde personas en situación de calle bañándose en la pileta (al lado de la terraza), vendedores ambulantes y una atención con carácter.

La comida es excelente, las proporciones son más que suficiente. Es una experiencia recomendable si pasas por el centro de Santiago.

Ambiente

La decoración del local es cautivante, un lugar con identidad e historia. Dan ganas de pasar un buen rato disfrutando del ambiente.

Atención

Llegamos cerca de las 14:30 hrs, había mucha gente. Incluso tuvimos que esperar para entrar, se notaba que estaban algo colapsados y que ya se les estaba acabando el menú que tenían presupuestado para el servicio.

Cuando logramos sentarnos en una mesa ya quedaban pocas opciones disponibles en el menú de la hora de almuerzo, la atención no fue rápida, pero fue amable. Pedimos la crema de entrada, la cual viene incluida, pero no estaba caliente, un descuido de la cocina.

Considerando el colapso que tenían, la atención no fue la mejor, aunque se notaba que trataban de dar el máximo. Aun así, no fue suficiente. Recomiendo llegar temprano al servicio.

Baños

El baño estaba relativamente limpio, no era muy amplio, se entiende considerando las dimensiones del local.

Comida – Bebestibles

Fuimos por el menú de la hora de almuerzo el cual incluye entrada o crema, plato de fondo, postre o café y té helado.

La comida es casera, hay varias opciones para elegir, lamentablemente a esa hora solo quedaban dos: pollo arvejado y panitas con tallarines. Delicioso y con ese toque de casa que muchas veces se extraña.

Precio – Calidad

El valor del menú completo (entrada, fondo y postre) es de $9.900 lo cual está bastante bien para los precios del sector. Adicional pedí un café expreso para acompañar el postre por un valor de $1.600.

La relación precio-calidad es adecuada.

Puntuación general

El local en general es agradable, es interesante ver tanta gente intentando entrar, lo cual dice mucho del lugar.

La comida buenísima, tiene el toque casero y la presentación gourmet que se busca en un local.

Es un buen lugar para visitar en el centro de Santiago y una picada para anotar en tu agenda.

Ambiente

Estábamos en la terraza al aire libre, la noche estaba agradable, alcanzamos a escuchar parte del repertorio de un dúo de músicos que tocan en diferentes locales pidiendo un aporte voluntario.

El local por dentro es hermoso, buenas terminaciones en madera, excelente decoración. Las vigas expuestas le dan un gran toque al local. Buena iluminación, una ambientación ideal para pasar un momento agradable.

Atención

Nos atendieron rápidamente, la muchacha nos recibió bien, informándonos que alcanzábamos a tomar el último pedido. Una vez que nos decidimos, todo llego en poco tiempo. Primero nos trajo la botella de vino en una cubeta de hielo y desde la cocina, otra persona nos trajo la tabla.

Al finalizar, a pesar que estaban desarmando la terraza, no nos sentimos apurados por terminar. Muy buena atención.

Baños

Los baños se distribuyen independientemente, son relativamente amplios. Estaban limpios y tenía de todo. El único punto negativo es que debajo del lavamanos guardaban otros implementos del local como balones de gas y barriles de cerveza.

Comida – Bebestibles

Probamos la tabla Bohemia para compartir una degustación de tutos de pollo apanado, no estuvieron tan bien, les faltaba más aliño ya que se sentían algo insípidos. Los camarones apanados estaban deliciosos, así como el ceviche y el chupe de jaiba. También traía 3 quesadillas mixtas de carne y pollo acompañadas con guacamole y salsa tártara. Una buena opción para compartir una porción contundente con variados sabores.

Para tomar, una botella de vino blanco Chardonnay helada “Undurraga Sibaris Gran Reserva, Valle del Leyda.”, un complemento casi perfecto para la tabla Bohemia.

Precio – Calidad

La tabla Bohemia tiene un precio de $19.900 y la botella de vino $12.900 La sensación precio – calidad estuvo bien, aunque, en la carta hay platos que parecen algo caros. Los precios están en un rango medio – alto en comparación a otros locales similares.

Puntuación general

Es un lugar agradable en plena esquina. Tiene una excelente terraza que permite apreciar la magia del barrio. La atención es muy buena, así como la calidad de los platos y la variedad de la barra.

Se puede pasar una velada agradable en este lugar.

Ambiente

El local se hace pequeño para tanta afluencia, la terraza es maravillosa para pasar una tarde agradable.

La decoración del local combina una mezcla de estílo rústico, ladrillos expuesto y colores negros en las murallas. Todo bien iluminado. La decoración de murales artísticos y las fotografías expuestas de Miguel Salinas en las murallas aporta un toque cultural y buen gusto.

En José Ramón se puede pasar una marivillosa velada ya sea en pareja o con amigos.

Atención

El equipo del local está formado principalmente por personas jóvenes y alegres. El trato fue amable, los tiempos de espera fueron mínimos. Al llegar, a pesar de que estaba casí lleno, nos tomaron el pedido con rapidez.

La chica que nos atendió fue muy considerada, al ver que la mesa para dos en la que estábamos se nos hizo pequeña con los platos del pedido, nos ofreció cambiarnos a una para cuatro que estaba disponible. Excelente atención.

Baños

Los baños del local son pequeños y no suficientes para la gran cantidad de personas que pasan por ahí. No estaba exageradamente sucio, pero sí le hace falta una mayor mantención durante la jornada. Un solo baño para hombres y uno para mujeres unidos por un estrecho pasillo. Tal vez con un poco de ingenio se podría transformar para aprovechar mejor el espacio.

Comida – Bebestibles

Pedimos una jarra de borgoña con vino blanco y frutillas, el tamaño de la jarra estaba bien (1,2 Lts), sin embargo estaba demasiado dulce, sería bueno preguntar por el nivel de dulzor. Estoy seguro que las cervezas de las cuales había una gran variedad deben estar a la altura.

Para compartir, probamos las tradicionales sopaipillas con pebre. Unas masas triangulares, deliciosas. Tambien una paila de camarones al Pil pil que traía además ostiones y calamares en una reducción sabrosa, algo picante donde se mezclaban todos los sabores. Todo esto acompañado de una marraqueta tostada. Para rematar, comimos un sandiwh de Osobuco en pan frica acompañado de queso fundido y berros. Delicioso.

Precio – Calidad

Nos sorprendió positivamente, no es un lugar caro, los precios son accesibles y razonables en comparación a otros locales del sector.

Puntuación general

Es un local maravilloso, con estilo, para pasar un rato agradable y conversar amenamente. La comida cumple su objetivo y más. La especialidad de la casa es la cerveza.

Nos pareció excelente la decoración y la música. Sin duda es un lugar recomendable para visitar, un clásico de Lastarria.

Ambiente

Por la belleza del ambiente, la tranquilidad de la terraza, la maravilla de edificación que por cierto, aporta una escena romántica. Le otorgamos 5 copas.

Atención

La atención fue espectacular, fuimos atendidos por un chico al parecer colombiano, quienes tienen muy buena fama por la calidad de su atención. Tal vez algunos detalles en los cuales se olvidó de traer aderezos que ofreció, entendible de todas formas por la alta afluencia.

Baños

Los baños son muy importantes en un local, varios de ellos se olvidan de esto. Por fortuna, para Casa Lastarria es una preocupación. Los baños estaban limpos, bien identificados en el segundo piso. Son individuales, tal vez me hubiera gustado que fueran un poco más amplios.

Comida – Bebestibles

La calidad de la comida estuvo bien, no hubo efecto Wow, pero no por eso la calidad era inferior. Pedimos de entrada camarones apanados, venían acompañados por una pequeña porción de papas fritas. De fondo un chupe de jaiva y camaron, una porción pequeña, pero suficiente. ¡Estaba delicioso! también carne mechada de la casa acompañada de pastas caseras del día, me encantó, aunque me hubiera gustado la pasta un poco más al dente.

Precio – Calidad

La relación entre el precio y calidad se sintió bien, las porciones no eran generosas mas sí precisas. Su diferenciador no es la cantidad.

El costo promedio por persona, incluyendo propina, puede ir entre $20.000 y $30.000. (La cena para 2, en esta ocación costó poco más de $60.000 con propina)

Puntuación general

En general es un gran lugar para visitar, una gran experiencia, excelente ambiente, buena atención y calidad.